La hiperhidrosis es una enfermedad rara que consiste en un exceso de sudoración producida por el fallo del sistema nervioso autónomo, específicamente del sistema nervioso simpático el cual genera una estimulación exagerada de las glándulas sudoríparas causando que el organismo produzca más sudor del que necesita para regular su temperatura corporal. Quienes padecen de hiperhidrosis, ven afectada su calidad de vida ya que la transpiración se presenta independientemente de la temperatura o humedad que exista en el ambiente.
Hay dos tipos:
- La hiperhidrosis primaria es aquella que aparece en regiones del cuerpo específicas: manos, pies y axilas. No se sabe exactamente qué desencadena su aparición, pero es muy probable que exista algún componente hereditario en la misma.
- La hiperhidrosis secundaria, puede iniciarse en cualquier etapa de la vida y se debe a trastornos como de la glándula tiroidea o pituitaria, infecciones, diabetes, tumores, menopausia, ingesta de fármacos, desordenes hormonales, problemas de peso y problemas psicóticos.
Existen varios tipos de tratamiento para combatir esta enfermedad. En nuestra consulta, FISIOTERAPIA Y OSTEOPATIA PALOMA MORA, lo abordaremos desde el punto de vista osteopático, incidiendo a nivel del sistema nervioso vegetativo, para normalizarlo y, por otro lado, lo trataremos a nivel más local mediante electroterapia en su modalidad de iontoforesis.
¿QUÉ ES LA IONTOFORESIS?
La iontoforesis es un tratamiento transcutáneo para combatir la hiperhidrosis, el cual está basado en pasar una corriente eléctrica a través de la piel. La iontoforesis facilita el transporte de moléculas en la piel bajo la influencia de una corriente eléctrica continua. Las moléculas en movimiento, pueden así ser absorbidas con mayor facilidad o llegar a su destino más rápidamente que en otras situaciones en las que este movimiento no es provocado.
La iontoforesis como tratamiento contra la hiperhidrosis utiliza agua de grifo como medio para transmitir la corriente eléctrica y esta a su vez moviliza los iones de sodio a través del área del cuerpo sumergida en el agua. Este tipo de iontoforesis controla la hiperhidrosis deshabilitando la función de las glándulas sudoríparas. El mecanismo por el cual esta técnica inhibe el funcionamiento de las glándulas aun permanece sin ser completamente comprendido aunque varias hipótesis se han propuesto al respecto. Una de ellas es la de la formación de tapones en los conductos sudoríparos creados por la coagulación de la proteína de la piel.
Las contraindicaciones contra la iontoforesis en general incluyen marcapasos, embarazo y prótesis o implantes metálicos, aparte de estos en general es un tratamiento seguro cuando se realiza apropiadamente y con dispositivos aprobados.
El éxito de la iontoforesis depende de cantidad de corriente aplicada y se puede utilizar tanto en adultos como en niños, siendo el tratamiento en éstos, aplicado en dosis más bajas y en sesiones más cortas. Por lo general, es recomendable realizar al principio del tratamiento una serie de sesiones seguidas hasta que se corte la sudoración y realizar un tratamiento de continuidad, que consiste en realizar una sesión cada vez que empiece de nuevo el periodo de sudoración. Normalmente el tratamiento dura de uno a dos meses sin sudoración. Según los resultados obtenidos se valorara si es necesario realizar alguna sesión añadida. Siempre se avisa al paciente de que la iontoforesis puede dar lugar a efectos secundarios leves como sequedad en exceso, piel rojiza y erupciones en la piel que pueden ser fácilmente tratados con emolientes.
Es importante remarcar que a pesar de los efectos secundarios que el uso incorrecto de la iontoforesis puede llegar a tener, la práctica de la iontoforesis con aparatos aprobados es un método totalmente seguro para detener la hiperhidrosis de manera rápida y eficaz con la principal característica de obtener un efecto prolongado y con resultado de éxito en el 95% de los casos.