DEPORTE, FISIOTERAPIA Y NUTRICIÓN
Para poder entender la importancia de no realizar ejercicio aeróbico únicamente, explicaremos previamente qué tipo de fibras conforman el músculo esquelético.
El músculo esquelético está constituido por varios tipos de fibras musculares especializadas en diferentes tipos de contracción:
Las fibras de tipo I, también conocidas como fibras de contracción lenta o fibras rojas, tienden a presentar un menor tamaño y están inervadas por fibras nerviosas más pequeñas, presentando una mayor vascularización y capilarización. Esta adaptación permite un mayor suministro de oxígeno, necesario para mantener su actividad metabólica, fundamentalmente aeróbica, a estímulos de duración prolongada e intensidad media.
Las fibras de tipo II son conocidas como fibras de contracción rápida o fibras blancas. Se trata de células musculares de mayor tamaño capaces de generar una gran fuerza contráctil de forma rápida durante un tiempo breve. Por tanto, son las que se ponen en marcha en los ejercicios de fuerza, en el trabajo anaeróbico.

Muchas personas únicamente realizan deporte aeróbico por los grandes beneficios cardiovasculares que tiene como pueden ser correr, nadar, caminar, ciclismo, etc… De esta forma sólo trabajan las fibras tipo I. Y se olvidan de realizar un trabajo anaeróbico.

Esto es un gran error: Es muy importante combinar ambos trabajos, aeróbico y anaeróbico. ¿Por qué?
El entrenamiento con pesas constituye un estímulo hipertrófico enfocado en mayor medida sobre las fibras musculares de tipo II. La adaptación motora (frecuencia de activación y reclutamiento de unidades motoras) es un componente fundamental de la mejoría del rendimiento en los deportes aeróbicos.
Pongamos un ejemplo de ello: el entrenamiento de fuerza aplicado sobre corredores de larga distancia; el estímulo hipertrófico que se produce, especialmente a nivel de las fibras de tipo II, permite una mejoría de la potencia anaeróbica y fuerza máxima de la musculatura del deportista y, por tanto, una mejor respuesta ante estímulos de alta intensidad de entre 30 segundos y 8 minutos de duración; el atleta de fondo puede beneficiarse del incremento de la potencia anaeróbica de su tren inferior en el sprint final de la carrera y el triatleta, al mejorar la potencia de su brazada, le hará ser más rápido.
Debido al ser fibras las de contracción rápida, estos entrenamientos de musculación y de fuerza se realizan por tanto en series cortas de alta intensidad y corta duración, así como una recuperación media o completa entre series.
En cuanto a la FISIOTERAPIA en el ámbito deportivo, los fisioterapeutas estudiamos la fuerza, flexibilidad muscular y ligamentosa y flexión articular. Usaremos esta información para diseñar una rutina que ayudará a mejorar todos los aspectos físicos del deportista. Las sesiones contribuyen a reducir las posibilidades de que éste experimente estrés, tensión, ligamentos rotos y calambres. También es muy importante el papel de la fisioterapia en los momentos pre y postcompetición, para preparar, y posteriormente para relajar esa musculatura que trabaja intensamente durante el esfuerzo deportivo.
Finalmente, otro factor importante a tener en cuenta es LA NUTRICIÓN. Muchos deportistas, por no engordar o por realizar un trabajo aeróbico, piensan que no les beneficia una hipertrofia muscular, aportan una ingesta insuficiente de proteínas, o de carbohidratos, los cuales son muy importantes antes de ejercicios de larga duración.
A veces, también hay alimentos que desconocemos que pueden estar perjudicándonos, por su característica inflamatoria sobre nuestro cuerpo, como pueden ser el gluten o la leche (por la caseína).
Por eso, ante cualquier duda de este tipo, es importante consultar con un nutricionista deportivo y realizar los estudios pertinentes.
En Fisioterapia y Osteopatia Paloma Mora podemos ayudarte con tus lesiones.
Agradezco en este artículo a Emilio Ponte de GarageFTraining por la cesión de sus vídeos y sus sabios consejos, y Carla Nutrifit, nutricionista. Podéis seguirlos en